El miedo se había apoderado de mí,
Las noches cuando no aparecía,
Yo me perdía y me perdía.
Y le pregunte a la luna y al sol
¿Donde estaba mi amada?
Y no me respondían, no me respondían.
Crucialmente una noche inesperada,
Cuando no la encontraba y mi alma se angustiaba,
Como un rayo fugaz se cruzo por mi camino
¡No lo podía creer!
Pues yo en un estado de plena melancolía,
Cuando creía que no la encontraría.
Mi amada, como una estrella luminosa,
Descendió del cielo con aspecto divino,
Y alumbro su luz mi apático destino.
Y le dije:
¿Estás bien?
Ella respondió:
“Si”
Y mis labios callaron,
Porque sentían fuertes emociones en mi pecho,
Pero el solo contemplarla nuevamente,
Me hizo sacar las preocupaciones de mi mente,
Y ahora que se, que ha regresado buena y sana a casa.
La paz y la alegría alumbrarán mi ser y mi alma eternamente.
Gracias por regresar mi amor,
No sabes lo mucho que te he extrañado,
Te amo.
